Estados Unidos y China mantienen su posición como grandes potencias económicas; por lo tanto, cualquier declaración sobre sus respectivos roles en el comercio internacional es un tema de cuidado. El Representante de Comercio de la Administración del Presidente Trump anunció este lunes que China representa una amenaza sin precedentes para el sistema de comercio internacional. Esta declaración es realmente significativa por lo que merece ahondar en las razones que pudieron haber inspirado tal categorización. Robert Lighthizer (Representante de Comercio de EE. UU) se enfocó en el modelo económico Chino como la fuente de la tensión.
El primer punto es el Sistema de Estado favorecido por los chinos. En este caso, el gobierno es un accionista real y poderoso dentro del sistema económico; que en otros escenarios, estaría dominado por el sector privado. La riqueza e influencia económica del gobierno Chino es algo que hay que tener en cuenta, y pocos accionistas del sector privado podrían ser capaces de soportarlo efectivamente. Esto es un asunto conocido y discutido en reuniones de comercio internacional por largo tiempo, pero Lighthizer indica que el reto ahora es “substancialmente más difícil”.
Los Trabajadores Americanos y el Sistema Global
La limitación de la administración del presidente Trump parece deberse a la apreciación de que el sistema de comercio internacional actual no es funcional para los intereses de los trabajadores y agricultores americanos. Estos están siendo superados por alternativas más económicas de países como China. El problema con un análisis tan simplista es que ignora la interrelación de las economías globales. China produce bienes, que son comprados en EE. UU, y el dinero ganado por China es parcialmente prestado al gobierno de Estados Unidos para participar en el gasto público. Incomodar un lado de la ecuación necesariamente incomodará las otras partes. El comercio internacional se mantiene en un balance delicado.
El modelo proteccionista que, según la evaluación de Lighthizer, protegerá de alguna forma los trabajadores y agricultores americanos y esto podría, inadvertidamente, atraer movimientos proteccionistas similares de otras naciones como China. Por lo tanto, los precios de los bienes y servicios aumentarán, sin embargo, EE. UU podría encontrar difícil exportar algunos de sus productos más costosos a otros países, los que ya tienen disponibles otras alternativas. La ética del libre comercio se estableció para superar estos problemas, al permitir que el mejor postor brillara mientras que los de segunda categoría eran dejados a un lado, no necesariamente por producir productos de baja categoría. Se trataba de costos y eficiencia.
Énfasis en el Déficit Comercial
Desde el momento de su concepción, la administración de Trump ha expresado una preocupación por los déficits significantes acumulados por EE. UU con otros países a lo largo de los años. La administración buscó muchas formas para reducir estos déficits, incluyendo restricciones a importaciones e identificado aquellos países que emplean un sistema de gobierno subsidiario para así darle una ventaja competitiva injusta y no merecida a las compañías nacionales.
De acuerdo con Lighthizer, China aumentará sus superávits comerciales con otras naciones mientras que, simultáneamente, causará daños al sistema de comercio global.
“La magnitud de su esfuerzo coordinado para desarrollar su economía, para subsidiar, para crear campeones nacionales, para forzar transferencias de tecnología, y para distorsionar mercados en china y en el mundo es una amenaza sin precedentes para el sistema global de comercio.”
Para China, su posición global como una potencia económica solo puede ser consolidada a través del fortalecimiento de sus propias compañías con respecto a compañías extranjeras, particularmente de EE. UU.
Parece haber una creencia de que las normas de la WTO (World Trade Organization) no fueron diseñadas para lidiar con las políticas que China busca. Esto puede anunciar solicitudes más significativas para reformar la agenda, mandando sacudidas a través del mundo. Las leyes actuales sí ofrecen flexibilidades a la administración. Por ejemplo, una investigación de USTR sobre una supuesta violación de propiedad intelectual de china está llevándose a cabo bajo los auspicios de la sección 301 de la Trade Act. Esta sección permite la imposición unilateral de las restricciones y tarifas para proteger los intereses de EE. UU.
Presionando a México y Canadá
La administración de Trump no solo está peleando una Guerra de comercio con china. Sino que también tiene adversarios potenciales cerca de casa. Por ejemplo, la afirmación de la administración de que TCLAN es fundamentalmente un tratado injusto que pone a EE. UU en desventaja en términos de comercio internacional. Esa es la razón por la que la administración ha frenado el acuerdo y ha indicado su intención de renegociar los términos, para abrirle las puertas a los trabajadores y firmas de EE. UU a un comercio libre y sin restricciones. Este comercio libre los hace vulnerables, ya que los términos y condiciones aceptables por los trabajadores y firmas estadounidenses hacen de sus costos de bienes y servicios mucho más altos que de otros países, como México.
De hecho, la competencia de firmas extranjeras hace que los trabajadores y firmas estadounidenses queden fuera de la competencia. La administración está buscando un modelo “América primero” y “Compre americano” semi-proteccionista. De esa forma, los bienes más económicos de otros países no son permitidos para crear competencia. En casos donde una intervención así de drástica no es aceptable para los socios comerciales, la administración pretende establecer ciertas tarifas de importación para hacerlas más costosas que los productos “hechos en la nación”. La administración espera que dicha intervención reestablezca el sistema de comercio y haga más competitivos a los trabajadores y firmas estadounidenses en suelo americano.
Planes Venideros para el Futuro
La administración de Trump busca identificar aquellos países con los que estados unidos posee un déficit significativo. Las acciones correctivas antes mencionadas se enfocarán en esos países como áreas prioritarias. El gobierno de los EE. UU tiene un número de herramientas a su disposición, que pueden o no coincidir con el derecho internacional. Todo indica que el gobierno de EE. UU no dudará en usar dichos instrumentos si continúa percibiendo países como China como una amenaza a su bienestar económico nacional.
Como Lighthizer dijo “Debemos usar todos los instrumentos que tenemos para hacer de un comportamiento no económico costoso y para convencer a nuestros socios comerciales que traten a nuestros trabajadores, agricultores y ganaderos de forma justa.”
La verdadera incógnita es si los otros países tomarán represalias o si sus represalias tendrán repercusiones significativas en su forma de manejar el comercio internacional.