Se han reanudado las operaciones en el puerto de Ningbo, después de haber estado cerrado durante 2 semanas debido a que un trabajador portuario dio positivo en el test de Covid-19. Por si no lo saben, el puerto de Ningbo-Zhoushan es el tercero más activo del mundo. Esta es una extraordinaria demostración del poder que tiene la pandemia de Covid-19. Según Nick Marro, de la Unidad de Inteligencia de The Economist, este podría ser un patrón futuro de respuestas estrictas. Por lo tanto, el sector marítimo podría anticiparse a más interrupciones por este motivo.
Esto no es sólo un problema para la industria del transporte marítimo en términos de los transportistas y los puertos. También repercute en el consumidor que, en última instancia, adquiere la carga. Según Dawn Tiura, directora general de Sourcing Industry Group, es probable que los transportistas y los puertos repercutan el aumento de los costes en el consumidor subiendo los precios. Es importante entender el cómo y el porqué de estas circunstancias.
Orígenes del nuevo caso y sus implicaciones
El origen de esta estricta respuesta es el efecto devastador de la pandemia de Covid-19, que ha paralizado muchas economías desde hace casi dos años. El sector marítimo se vio muy afectado por la aplicación de medidas de distanciamiento social, así como por la muerte o la enfermedad de miembros del personal. Hubo escasez y todo tipo de problemas logísticos. Cualquier caso aislado de Covid-19 podría significar un desastre, por lo que las autoridades tienen buenas razones para ser precavidas.
Sin embargo, cualquier retraso y aumento de precios podría agravar una situación económica ya de por sí inflada. Muchos de los cierres se produjeron justo antes de que comenzara la temporada de vacaciones. Estas respuestas tan estrictas provocaron importantes dificultades para hacer llegar las mercancías a sus destinatarios.
China tiene un historial de intervención agresiva para evitar más infecciones, ya que ha suspendido las operaciones en otros puertos clave. Por ello, algunos analistas lo califican como un enfoque de tolerancia cero frente a Covid-19.
¿Qué nos dice esto sobre la actitud de China ante la pandemia?
China está nerviosa ante un solo caso positivo de Covid-19, dada la propensión del virus a propagarse como un incendio. El sector marítimo ya está luchando con los desafíos operativos que se ven agravados por los cierres de los puertos. Aparte del incidente del Canal de Suez, ha habido una insidiosa escasez de contenedores. El sur de China se ha visto muy debilitado por la pandemia, especialmente en los puertos clave de Guangzhou y Shenzhen. Aunque esta es la primera vez que la suspensión está directamente relacionada con una infección por el virus Covid-19, ha habido otras interrupciones anteriores.
Los expertos sostienen que China ha priorizado deliberadamente la mitigación de la pandemia sobre la eficiencia operativa, especialmente con los temores en torno al contagio de la cepa Delta del virus. Hay que pagar un precio en términos económicos y no se espera que los resultados del tercer trimestre de 2021 sean alentadores. Mientras tanto, la industria está nerviosa, esperando que cualquier infección provoque un cierre generalizado. La tan necesaria normalidad que el sector ha anhelado durante meses parece una quimera.
Experts argue that China has deliberately prioritized pandemic mitigation over operational efficiency, especially with fears surrounding the spread of the Delta strain of the virus. There is a price to pay in economic terms, and third quarter 2021 results are not expected to be encouraging. In the meantime, the industry is nervous, expecting any infection to cause a widespread shutdown. The much-needed normalcy that the sector has been craving for months seems a pipe dream.
¿Se trata de una industria en perpetua crisis?
El telón de fondo de todo esto es una industria que está luchando con los efectos y las secuelas de Covid-19. Las tarifas del transporte marítimo de contenedores están aumentando debido a la mayor demanda de Norteamérica y a la nueva propensión a las compras en línea, que siempre cumple con el distanciamiento social. Se calcula que las tarifas de los cargamentos procedentes de China y Asia oriental que se destinan a la costa oeste de Norteamérica han experimentado un aumento del 270%. Del mismo modo, las tarifas con destino a la Costa Este han subido un 220%, con cotizaciones medias de 17.500 dólares por TEU.
Los inversores están preocupados por el impacto en su cartera. De ahí que las acciones chinas estén cayendo, aunque algunos inversores estén aprovechando la oportunidad de comprar a corto plazo con estos tipos tan bajos. Mientras tanto, las operaciones siguen tambaleándose de crisis en crisis. En junio, la terminal de Yantian, en Shenzhen, experimentó una caída del 70% en las exportaciones, mientras que los plazos de tramitación aumentaron de 3 a 9 días.
Las implicaciones para el sector marítimo y el comercio internacional
El sector del transporte marítimo es más necesario que nunca para hacer frente a la transición hacia las compras en línea, que parece seguir siendo la principal fuente de comercio tras los mandatos de distanciamiento social durante la pandemia de Covid-19. Al mismo tiempo, los puertos y los transportistas luchan por mantener el ritmo ante los diversos obstáculos que se interponen en su camino. Una capacidad costosa y limitada se traduce en precios elevados.
Mientras tanto, el sector minorista debe gestionar cuidadosamente sus existencias en estos tiempos de incertidumbre. Algunos están limitando o infraponiendo ciertos artículos que no son prioridades actuales. Esto reduce las posibilidades de elección del consumidor y podría acabar alejando a las mismas personas que la industria necesita para sobrevivir. Los fabricantes que dependen de la industria naval para los componentes críticos están igualmente preocupados por sus cadenas de suministro.
Finalizar
Un solo caso de Covid-19 fue suficiente para cerrar el puerto de Zhoushan en China. Se trata de una respuesta cautelosa que seguramente se reproducirá si surgen otros casos de Covid-19. China no quiere repetir la rápida propagación del Covid-19 por negligencia o actuación tardía. Al mismo tiempo, a los expertos del sector también les preocupa que la interrupción de los servicios genere escasez y aumente las tarifas, lo que acabará convirtiéndose en un aumento de los precios para los consumidores.