A principios de este año, el gobierno de los Estados Unidos estableció nuevos aranceles para los bienes importados desde países extranjeros, incluyendo China, la Unión Europea, México y Canadá. Algunas de las restricciones más severas fueron aplicadas a los productos provenientes de China. Estas restricciones trajeron como resultado represalias. China empezó a incrementar los aranceles a productos importados desde los Estados Unidos y, a cambio, Estados Unidos respondió con más aranceles, iniciando así una guerra comercial.
Apuntando al Sector Petrolero
Ahora, China ha decidido reducir la cantidad de petróleo que importa de Estados Unidos. Este nuevo acontecimiento seguramente causará problemas a los transportistas, así como a aquellos en la industria petrolera.
Esta nueva amenaza llega semanas después de una amenaza previa de agregar un arancel de importación del 25% sobre los productos de petróleo crudo y refinado importado de los Estados Unidos. Ya que la mayoría de las refinerías chinas encargan su petróleo con hasta un mes de antelación, se espera que las ventas petroleras vean reducciones dramáticas para el mes de octubre.
Incluso la refinería más grande de Asia, Sinopec, duda en realizar nuevos pedidos (hicieron su último pedido en el mes de julio). Esto sería un golpe devastador a las exportaciones de petróleo de los Estados Unidos. Dado que China es el segundo mayor comprador de petróleo de EE.UU.
Aunque parece que China se encuentra en una mejor posición para ganar que los Estados Unidos, también experimentarán efectos negativos si cumplen con los nuevos aranceles. Si bien China tiene otras opciones para importar, ninguna es equivalente a los Estados Unidos.
No cabe duda de que habrá un período de ajuste, así como una disminución a largo plazo del suministro de petróleo en China. Esto podría conducir a un aumento de los precios del gas y de los costos operativos que serían contraproducentes a su ya frágil economía. Tales problemas podrían causar que sus acciones se desplomen por debajo del territorio del mercado bajista en el que ya se encuentran.
Impacto en el Superávit Comercial Bilateral
Otra consecuencia de la guerra comercial que China debería considerar son los efectos bilaterales. Dado que EE.UU. importa $115.6 billones cada año en productos provenientes de China, el país perdería casi cuatro veces ese número en exportaciones. Esto es debido a que China importa más de los Estados Unidos que de lo que ellos exportan.
China tiene alternativas a los Estados Unidos, como por ejemplo los mercados emergentes de África y Asia. Los Estados Unidos, por otro lado, está perdiendo lentamente su capacidad para lidiar con cualquier otro país. Debido a los temores de nuevos aranceles, a los Estados Unidos le quedan muy pocos aliados comerciales.
Otras Áreas de Conflicto
Esta guerra comercial también ha intensificado las medidas de defensa. El Senado ya aprobó un proyecto de ley de defensa que aumentó las revisiones de seguridad para los acuerdos comerciales de China y reforzó el control en las exportaciones tecnológicas de EE.UU. al país. Asimismo, limita las áreas en las que Beijing puede practicar ejercicios militares.
Hay también temor de que este conflicto podría causar problemas en la diplomacia internacional. Entre la decisión de apoyar a los EE.UU. o China y el temor a la creciente lista de aranceles del Presidente Trump, otros países están desconcertados por lo que deberían hacer más adelante.
China, por otro lado, tiene un plan de contingencia. Pueden cambiar su foco al plano interno. Manteniendo las tasas de interés bajas y el flujo de crédito, podría ayudarles a mantener una economía bastante estable a medida que la guerra comercial se intensifica.
Desafortunadamente, los gobiernos y las grandes corporaciones no son los únicos que se verán afectados por una guerra comercial total entre estas dos potencias. Todos en la industria del transporte marítimo seguramente también sufrirán. Sin duda habrá ajustes en la demanda de carga que viaje entre EE.UU. y Asia. Aquellos que son dependientes del mercado asiático pueden necesitar empezar a buscar fuentes alternativas de bienes.
Ahora, muchas de estas consecuencias dependen de los próximos movimientos que tome cada país. Si las dos potencias pueden mantener la cabeza fría y tomar decisiones inteligentes, entonces el impacto de la guerra comercial podría minimizarse exponencialmente.
Sin embargo, aquellos que se encuentran en comercios potencialmente afectados deberían prepararse para el peor de los escenarios. Después de todo, es mejor estar preparados para un desastre que nunca llegue a no estar preparados para uno que llegue inesperadamente.