La temporada alta de envíos, tradicionalmente un periodo de gran actividad para las cadenas de suministro, se presenta este año con un comportamiento más apagado. Mientras los minoristas suelen apresurarse a abastecer los mercados de consumo con ropa, aparatos electrónicos y adornos navideños, y los operadores de transporte se preparan para aprovechar el aumento de la demanda, 2023 presenta un panorama diferente. Las secuelas de la pandemia de Covid-19 han dejado a los comerciantes y proveedores de bienes de consumo lidiando con un exceso de inventarios.
Las empresas de logística, por su parte, se enfrentan a volúmenes tibios y tarifas de flete muy inferiores a las de hace un año. En este artículo, profundizamos en el estado de la temporada alta de transporte marítimo de este año a través de un análisis exhaustivo de gráficos y estadísticas. También analizamos el impacto de estas tendencias en los sectores de la logística y el transporte marítimo.
La anémica temporada alta de envíos
En comparación con años anteriores, la temporada alta de transporte marítimo de este año resulta poco prometedora. Los puertos de EE.UU., que sirven de puerta de entrada para las mercancías en cascada a través de las redes de transporte por camión y ferrocarril para llegar a los centros de distribución y tiendas, han estado por detrás de los niveles de 2022 durante todo el año. La previsión de la Federación Nacional de Minoristas de posibles descensos de las importaciones en septiembre y octubre acentúa aún más esta temporada tan floja.
La clave para entender la trayectoria de la temporada alta de envíos reside en los niveles de inventario que mantienen los minoristas y sus expectativas de reposición de estas existencias. En julio, el Índice de Gestores Logísticos alcanzó su punto más bajo en seis años y medio de historia, lo que indica una disminución de las expectativas de demanda de transporte. Simultáneamente, los inventarios se contrajeron, lo que subraya la cautela imperante entre los minoristas.
El reto de la reducción de existencias
Gigantes minoristas como Walmart, Target y Home Depot han avanzado en la reducción de existencias. Aun así, siguen siendo prudentes a la hora de lanzar productos al mercado sin señales claras de la demanda de los consumidores. Esta cautela se debe a sus esfuerzos de eficiencia y a la escasez de existencias. Aunque se ha avanzado en este sentido, los inventarios siguen siendo elevados, sobre todo en ropa, electrodomésticos y teléfonos inteligentes.
Jason Miller, director interino del departamento de gestión de la cadena de suministro de la Universidad Estatal de Michigan, afirma que los inventarios minoristas siguen rondando niveles elevados, especialmente para determinadas categorías de productos. Esta persistente elevación de los inventarios prepara el terreno para lo que parece ser una débil temporada alta en 2023.
Cambios en los hábitos de consumo
Los cambios en las pautas de gasto de los consumidores también han influido en la temporada alta de envíos de este año. Los estadounidenses están canalizando su gasto hacia servicios y experiencias, como vacaciones y cenas fuera de casa, al tiempo que reducen la compra de diversos bienes. Los grandes minoristas, como Walmart, se están centrando en productos básicos como los comestibles, desviando la atención de los bienes de consumo que suelen impulsar la demanda en temporada alta.
La recalibración del gasto de los consumidores y la incertidumbre que la acompaña han llevado a minoristas como Macy’s y Dick’s Sporting Goods a reducir sus pedidos. El consejero delegado de Macy’s, Jeff Gennette, señaló que los consumidores mantienen un buen nivel de ahorro, pero actúan con cautela a la hora de gastar.
Expectativas decepcionantes para un punto de inflexión
Los ejecutivos del transporte de mercancías tenían grandes esperanzas de que la temporada alta de 2023 marcara un punto de inflexión tras un año de volúmenes de importación mediocres. Sin embargo, la realidad ha distado mucho de sus expectativas. El comercio de entrada durante los meses de verano creció sólo marginalmente. Este tibio crecimiento ha llevado a algunos transportistas marítimos a cancelar salidas transpacíficas y a revisar sus expectativas para el resto de 2023.
Vincent Clerc, Consejero Delegado de A.P. Moller-Maersk, una de las mayores compañías de transporte marítimo de contenedores del mundo, reveló que los envíos de productos minoristas y de estilo de vida han experimentado descensos de dos dígitos en comparación con años anteriores. La ausencia de señales que indiquen un repunte del volumen en la última parte del año ha mermado aún más el optimismo del sector.Puertos tranquilos del sur de California
El punto central de la temporada alta de transporte marítimo, que suele girar en torno a los bulliciosos puertos de Los Ángeles y Long Beach, en el sur de California, se caracteriza actualmente por una atonía sin precedentes. Esta evolución es sorprendente, dado que este complejo portuario es el de mayor actividad del país. Los volúmenes de importación en estos puertos cruciales se desplomaron drásticamente, cayendo más de un 10% entre junio y julio.
Estas cifras representan un marcado alejamiento del vigor habitual asociado a este periodo. Recuerdan a los niveles observados en diciembre de 2022. Aún más preocupante para las perspectivas de futuro del sector es el notable descenso de las exportaciones de contenedores vacíos desde estos puertos con destino a Asia, descenso que se atribuye a la atonía de la demanda de las fábricas asiáticas. En julio, las exportaciones de contenedores vacíos desde el puerto de Los Ángeles se desplomaron un significativo 39% en comparación con el mismo mes del año anterior.
Las implicaciones de esta inusual pausa en los puertos del sur de California son de gran alcance y repercuten en todo el sector de la logística y el transporte marítimo. Dado que estos puertos suelen servir como puertas de entrada y salida de mercancías, la caída sustancial en los volúmenes de importación pone de relieve los retos más amplios a los que se enfrenta la industria en 2023. La reducción de la exportación de contenedores vacíos de vuelta a Asia amplifica las preocupaciones sobre la salud de la cadena de suministro mundial y la debilitada demanda de exportaciones de EE.UU., que, a su vez, afecta a la vitalidad general de la industria. Esta inesperada desaceleración en uno de los principales epicentros de la industria subraya la necesidad de adaptabilidad y resistencia entre las partes interesadas de la industria a medida que navegan por la dinámica cambiante del panorama actual del transporte marítimo.
Repercusiones en el transporte por camión y ferrocarril
La notable reducción del flujo de contenedores que entran en el país tiene ramificaciones inmediatas para el sector del transporte por carretera, lo que se traduce en un menor volumen de cargas disponibles para que los camioneros las transporten desde los puertos y las estaciones ferroviarias hasta los almacenes y centros de distribución. El cauteloso optimismo inicial que impregnó el sector del transporte por carretera a principios de año se ha ido desvaneciendo gradualmente, sustituido por una sensación predominante de que la recuperación total puede tardar varios meses en llegar.
Aunque no descartan por completo la posibilidad de una inflexión del mercado en los próximos meses, los líderes del sector se abstienen predominantemente de hacer previsiones sobre un punto de inflexión tan transformador. En su lugar, su hipótesis de base se centra en una perspectiva más moderada, un modesto repunte estacional previsto para el cuarto trimestre. Este cambio de opinión refleja la incertidumbre y los retos a los que se enfrenta el sector del transporte por carretera tras el actual panorama del transporte marítimo.
Disminución de la circulación intermodal
El transporte ferroviario intermodal, una faceta integral de las cadenas de suministro famosa por su solidez, se enfrenta a un reto sin precedentes en 2023, ya que se enfrenta a un fuerte descenso del volumen. Este componente crítico, que normalmente prospera facilitando el movimiento de contenedores y remolques de camiones a través de las vías férreas, está siendo testigo actualmente de una alarmante disminución de volúmenes que no se había observado en varios años. La Asociación Intermodal de Norteamérica subraya esta preocupación al destacar que la actividad comercial en julio simplemente consiguió superar los niveles registrados a principios de año, sin ofrecer indicios prometedores de un repunte inminente del volumen de mercancías.
La situación se ve agravada por la ausencia de predicciones significativas sobre una temporada alta por parte de los clientes. En consecuencia, el sentimiento predominante en el sector intermodal sigue siendo cauteloso y marcado por un enfoque de “esperar y ver”, lo que refleja la evolución del panorama económico y la incertidumbre que impregna las perspectivas del sector.
Conclusión
La temporada alta de transporte marítimo de 2023 ha llegado con una moderación poco habitual, lo que arroja dudas sobre su potencial como catalizador de la demanda de transporte de mercancías. Factores como los elevados inventarios, los cambios en los hábitos de gasto de los consumidores y el tibio crecimiento de los volúmenes de importación han creado un entorno de cautela en los sectores de la logística y el transporte marítimo. Aunque había grandes esperanzas de que se produjera un punto de inflexión, la realidad actual sugiere que la recuperación puede estar aún en el horizonte, por lo que será un año difícil para el sector.
A medida que se desarrolla la temporada alta, los agentes del sector deben seguir adaptándose a esta dinámica cambiante. Será crucial controlar los niveles de inventario, responder a los cambios en las preferencias de los consumidores y mantener un enfoque flexible de la gestión de la cadena de suministro. Mientras tanto, los sectores de la logística y el transporte marítimo seguirán siendo resistentes, preparados para afrontar las complejidades de la temporada alta de transporte marítimo de 2023 y cualquier incertidumbre que pueda surgir en el futuro.